La Rehabilitación puede realizarse en 9 de cada 10 pacientes con discapacidad visual ocasionados por Visión Baja.
El objetivo de la rehabilitación visual se centra en proporcionar a las personas con discapacidad visual estrategias que faciliten el desempeño de las actividades cotidianas en el entorno laboral, educativo, cultural y de ocio, favoreciendo la integración social y la autonomía personal.
Cada paciente ha de recibir una atención y un tratamiento individualizados. Para ello, aunque cada persona tiene unas características que determinan las técnicas que hay que emplear, existen una serie de pasos que se deben seguir durante el proceso rehabiltador.
– Hay que fijar los objetivos que tiene el paciente. El experto define con el paciente cuáles son sus intereses de forma concreta. Ha de tener claro para qué quiere ver mejor.
– Se evalúa la vista del paciente. Se examina detalladamente qué zonas funcionan, cuáles no y cuáles lo hacen regular.
– Se prescriben las ayudas específicas que necesita el paciente para que consiga sus expectativas.
– Enseñarle técnicas visuales para el mejor aprovechamiento del resto visual.
Cada patología presenta unas características y por ello requiere técnicas específicas.
Un programa de rehabilitación visual consiste en un conjunto de ejercicios visuales destinados a enseñar el manejo eficaz de las ayudas y la mejora de las habilidades visuales.
Estos instrumentos nos permiten aprovechar el resto visual para mejorar las habilidades de la vida diaria y, por lo tanto, aumentar nuestra calidad de vida.
Hay que entrenar diferentes habilidades para que el paciente domine su ayuda: localización, enfoque, detección, recorrido y rastreo.